De la arqueología fotográfica a la memoria histórica visual

De la arqueología fotográfica a la memoria histórica visual

(Euskal Memoria Fundazioa/Ingo Niebel) La arqueología es una ciencia que siempre me ha fascinado, quizás porque nunca la he ejercido. Una de las escenas que más me ha impresionado es el video que muestra en alta calidad y en color como a una profundidad de 4.000 metros surgen de repente los restos del Titanic

Foto que mi abuelo Franz sacó en Leipzig (1938)
frente a la actualidad del año 2018. (© Ingo Niebel, 2018)

Hace dos años me acordé de ello cuando veía en la pantalla de mi ordenador como el programa SilverFast 8 y el escanner Reflecta Professional RPS 7200 me subían la primera foto de una película que mi abuelo paterno Franz realizó en 1938, cuando vivía en Leipzig. Esa imagen mostró la cuna vacía de mi padre, la segunda foto enseñaba a la tía Luise sentada delante de un espejo, en la tercera se apreciaban más detalles de aquel piso que mis abuelos dejaron en 1943, después del primer gran ataque aéreo contra esta ciudad sajona. Un viaje al pasado, a un mundo desconocido.

La fotografía, un legado

Con cada imagen digitalizada me adentré un poco más en la vida de ese hombre que dejó este mundo en 1973, con tan sólo 70 años de edad. Fue él quien introdujo la fotografía en mi familia. Su hijo mayor Klaus, mi padre, cogió el testigo y me incitó sutilmente a seguirlo, regalándome mi primera cámara con motivo de mi Primera Comunión. Era un aparatito simple que pronto sufriría una muerte súbita en mi mochilita, durante un viaje escolar, cuando se derramó sobre ella un recipiente con zumo de naranja. Después entré en la fase de las cámaras de espejo de la marca japonesa Fuji, porque mi padre se inclinó por las Leica. Con este sistema se quedaría hasta el final, un tanto reacio hacia las cámaras digitales. Dar este paso me lo dejó a mí. Cuando murió en 2012 me quedé con sus aparatos fotográficos y también con un archivo de varias decenas de miles de fotos de todo tipo. Una buena parte refleja su relación con Euskal Herria, desde el año 1960, cuando llegó por primera vez a Gernika.

El Reflecta Professional RPS 7200, mi herramienta principal
para conservar el pasado fotográfico. (© Ingo Niebel, 2016)

Pero para coger práctica en la digitalización opté por empezar con el archivo fotográfico de mi abuelo. En enero cumplí la misión. El 99% está ya hecho. Faltan tres álbumes para terminar. Contienen por un lado fotos, que no son todas de Franz, por otros comentarios que me sirven para interpretarlas. Las copias digitales las administro con el programa Lightroom. Me ayuda a trabajar con las 3.300 fotos y a descubrir algunas “joyas”, como por ejemplo aquellas cinco del destruido centro de Colonia.

La foto histórica, un viaje por el tiempo

Franz las sacó en otoño de 1943 durante un viaje de Leipzig a la aldea de Bickenbach donde vivían su padres. Gracias a sus apuntes, esas fotos tienen una historia muy personal. Otras son de 1940/41. Muestran prisioneros de guerra franceses recluidos en el Stalag IV (Sajonia). Por eso he contactado con un centro de documentación sajón que investiga la historia de este campo. Apenas tienen información detallada sobre la fase inicial de esta instalación militar. Con las fotos y más datos de Franz vamos a poder despejar algunas dudas y quizás devolverles la dignidad a los presos de la que fueron despojados ante todo los soldados de origen africano e hindú. Simplemente por eso ya ha merecido la pena emprender este largo viaje de la arqueología fotográfica a la memoria histórica visual.• 

Leave a Reply

Your email address will not be published.

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.