Gernika 1937-2017: La presencia del Pasado

Gernika 1937-2017: La presencia del Pasado

El 80 aniversario del bombardeo de Gernika se acerca. Con compañeras y compañeros de la Villa Foral estoy intercambiando ideas. El pasado verano me invitaron a hablar sobre cómo alemanes trataron el tema de Gernika después de la Segunda Guerra Mundial.

(Euskal Memoria Fundazioa/Ingo Niebel) Hice un repaso desde los juicios e Nuremberg hasta la carta del presidente Roman Herzog (1997) en la que les estrechó su mano en un gesto de reconciliación a los supervivientes. Entre los dos puntos se hallan otras actividades que iban encaminados en la misma dirección: la busca del padre Jesús Arana por un gesto de reconciliación en la República Federal de Alemania (RFA) a principios de los años. Fracasó con su proyecto porque el entonces gobierno socialdemócrata y liberal de Helmut Schmidt (SPD) estimaba más las “tradicionalmente buenas” relaciones con el Estado español. Ante este fondo destacan un tanto más las iniciativas que han venido desde la sociedad civil de la RFA: los diputados de los ecologistas Verdes y pacifistas Petra Kelly y Gert Bastian llevaron en 1987 el debate sobre el bombardeo de Gernika y sus consecuencias al Parlamento Alemán y forzaron así al Ejecutivo del canciller Helmut Kohl (CDU) a posicionarse.

En 1997 Constanze Lindemann (ctro) organizó un congreso clave
sobre la responsabilidad alemana del bombradeo de Gernika
(© Ingo Niebel, 1997)

Después de una década llena de promesas incumplidas y de una actuación vergonzosa tanto por parte del Gobierno como también de algunos políticos, el Ejecutivo financió un polideportivo. Desde Berlín, la sindicalista Constanze Lindemann y su grupo habían subido la presión con un congreso sobre Gernika y los alemanes en 1997. Al final Herzog sacó con su misiva al Estado alemán de una situación embarazosa y zanjó este tema definitivamente.

Hoy por hoy también la investigación científica de la destrucción de Gernika como hecho histórico ha tocado fondo. Naturalmente pueden aparecer todavía algunas fuentes desconocidas, pero ya no cambiarán esencialmente el estado de la investigación.

Después de mi ponencia surgió el debate sobre si Franco o Mola había dado la orden expresa de destruir la Villa. A mí no me consta que exista documento alguno. Pero eso no significa que los dos generales sean “inocentes” del crimen perpetrado el 26 de abril de 1936 porque con su fallido golpe de Estado crearon las circunstancias políticas y militares en las que se cometieron este y muchos otros crímenes más. Además Mola, con el genocidio del 1% de la población navarra, sólo se diferenciaba en los medios de sus “Kameraden” alemanes de la Legión Cóndor. Dispongo de fuentes alemanas que muestran que cada bombardeo contra una población siempre tenía como objetivo causar el mayor impacto psicológico posible sobre la población civil. En Gernika lograron este objetivo más el táctico que era cerrar durante algunas horas el paso por la ciudad en ruinas y llamas.

Aunque se pudiera profundizar este debate, a mí me parece más importante ahora ampliar el horizonte porque el 26-A marca un antes y después en la historia de la localidad. Cabe preguntarse qué proyectos políticos, sociales e industriales se acabaron no sólo por la destrucción y los muertos, sino también porque el fascismo español impuso su sistema político y su orden social económico y social. Los construyó literalmente hablando sobre los escombros de la antigua Gernika. Y en este sentido “Gernika” es una variable que se puede reemplazar por cualquier otra localidad de Euskal Herria. Desde el punto de vista jurídico este nuevo orden duró hasta 1978, desde la óptica política y social tal vez mucho más.

He aquí la presencia del Pasado, sobre la que vamos a hablar el 24 de abril en Gernika.

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